Jorge Luis Rios
ACUÑA, COAH. – Lejos de sentirse cohibida, la pequeña Natalia Romina Madonado Pineda, con una debilidad visual de hasta 90 por ciento, asiste a la “escuela regular”, y aunque en un principio sintió temor, poco a poco fue apoyada por sus compañeras y compañeros, lo que le ha dado seguridad en todo lo que hace.
Paralelamente, Romina de 9 años, acude al lector óptico desde que tenía 4, con el fin de fortalecer la escritura y lectura braille, en donde también es apoyada actualmente para realizar sus tareas, como ella misma lo narra.
“Acudo a la escuela primara Ignacio Zaragoza y curso el 3er grado; aunque algunos compañeros no me hacen mucho caso, si muchos, casi todo el salón me ayuda; me preguntan como voy, sobre mis tareas, etcétera, lo que me ha hecho tan segura”.
Dice que le gusta mucho acudir al lector óptico porque también allí aprende y hace sus tareas y envió un mensaje a quien, por alguna discapacidad, siente temor de salir adelante.
“No hay que tener miedo, hay que echarle ganas; yo ando en bicicleta desde los cinco años y hasta en patines. Mi mama no quería quitarle a la bici las llantitas de atrás, pero yo le pedí que lo hiciera y desde esa edad la uso, me caí varias veces, por supuesto, pero fui aprendiendo”.
La pequeña Romina, de 9 años, dijo que quien no tiene miedo a nada, aunque cuente con alguna discapacidad, se desarrolla más y puede lograr lo que se proponga, como ella, que quiere ser de grande veterinaria o granjera, para cuidar a los animales.