Por Guillermo Robles Ramírez
Esta Nochebuena, al menos el día 24 por la noche, los cuetes estuvieron a la orden del día. Por distintos rumbos de las principales ciudades de Coahuila y más en su periferia, la “balacera” de cuetes fue mayor que en temporadas decembrinas pasadas, al menos en la ciudad capital, en Torreón, Piedras Negras, Ciudad Acuña y Monclova.
Y la verdad es que esto es a consecuencia de que no hubo interés de las autoridades locales por impedir la venta ilegal de cuetes que generalmente se hace en estas fechas. Una prueba de ello fue la ciudad capital de Coahuila con el accidente provocado por menores de edad al causar un incendio en un transformador de luz que fue utilizado como objetivo de “Tiro al Blanco”, con pirotecnia probando un incendio y la pérdida de luz de más de 7 colonias del centro de Saltillo así como la zona sur de la ciudad.
Coahuila, de unos años para acá, ha venido combatiendo el uso de cuetes en la temporada decembrina, particularmente el 24 y 3 1 de este mes. Todavía algunos años atrás se tuvo una Navidad blanca en materia de cuetes, gracias a una efectiva campaña preventiva que se realizó en las principales regiones de la Entidad, aunque no faltaron los vendedores furtivos de estos peligrosos fuegos.
Empero, nos preguntamos, de qué sirven todas las acciones preventivas que realizan las autoridades municipales y estatales coahuilenses, al menos en los municipios del Sureste, o sea Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga, si aquí colindando con Nuevo León, a escasos 80 kilómetros, la vendimia de cuetes es un desorden, en particular porque a ellos sus autoridades sí les dan permiso y según las noticias que escuchamos y vemos por televisión, hasta las asignan un lugar específico, supervisado por gente del municipio y Estado y como si fuera poco, hasta con permiso de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Es más, una de las advertencias y prohibición es de que no podrán vender a menores de edad sin la compañía de un adulto y la otra que sorprende y extraña, tampoco se venderá a un solo comprador, más de diez kilos de cuete. Se imaginan, diez kilos de cuetes, si un kilo es peligroso, más lo serán ocho o diez kilos.
Otro tanto ocurre en Torreón y su zona conurbada que la forman, además de la Perla de La Laguna, Matamoros, San Pedro, Francisco I. Madero y Viesca, por el Estado de Coahuila y Gómez Palacio, Lerdo, Tlahualilo y otras comunidades por Durango, porque del lado de este último Estado, se venden cuetes al por mayor, mientras que en Coahuila se prohíben. Los aficionados a los cuetes del lado de La Laguna de Coahuila, se dan vuelo comprando en La Laguna de Durango, cuya división y distancia es simplemente lo ancho del Río Nazas, es decir, están a escasos minutos uno de otro.
En fin, de qué sirve en aquellos Estados colindantes y con población populosa, implementar medidas preventivas si la Secretaría de la Defensa Nacional, permite o tolera la venta en unos Estados y en otros no. Para qué tanto gasto en medidas preventivas, si no hay una coordinación de las esferas superiores, al menos es lo que se preguntan los reprimidos coahuilenses, que no pueden darse el lujo de celebrar la Nochebuena y el año nuevo, sin cuetes de pólvora, más que los cohetes de alcohol, es decir, los borrachines. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org