Por Luis Antonio García
Después del día de la liberación americana, según el discurso de Donald Trump y de imponerle aranceles a todos los países del mundo que hacen negocio con los Estados Unidos y del cual quedó exento México y Canadá, con su declaración de qué hará grande a América otra vez y los famosos aranceles que protegerán los intereses de los hombres de negocios poderosos de los Estados Unidos.
Encareciendo los productos que vienen del extranjero con tarifas ya que estas tarifas. Lo único que causarán en el consumidor norteamericano, será inflación, desempleo y el desplome brutal, que están teniendo las bolsas de valores y esto es el principio de la pesadilla, el día de ayer se contabilizaron más de 1,400 manifestaciones en las principales ciudades de todos los Estados Unidos.
De costa a costa y de norte a sur, la gente protesta porque ahora les quieren reducir los servicios médicos y otros servicios sociales por el desempleo y de cómo los países aliados ya no son amigos de los estadounidenses.
El presidente de los Estados Unidos ha logrado conseguir el arrepentimiento de millones de personas que votaron por él; mientras que en México la presidenta en este momento rebasa el 85% de la aceptación de todos los mexicanos, incluso de gente que no votó por ella porque hay que reconocer, que los aranceles era un daño generalizado.
Quizás haya algo de desempleo y poca recesión, pero no lo que se esperaba. Al contrario, las perspectivas son de inversión y de crecimiento. En estos momentos sólo los que odian a la presidenta en forma enfermiza, no entienden razones porque están cegados por la ira, porque sienten que han sido despojados de sus privilegios, porque ya no viven de la ubre gubernamental.
Hasta los hombres más poderosos de México, reconocen los buenos oficios de la administración de nuestra presidenta, y al contrario que Trump ha logrado unir a la mayoría del pueblo mexicano podría decirse casi a todos en este proyecto económico, por eso es que mientras el pueblo norteamericano ve con pesimismo su presente y su futuro. Nosotros lo vemos con alegría con esperanza y con optimismo.