Por: Elena Soto
Periodista Venezolana
El segundo martes del mes de febrero se conmemora el Día Internacional de Internet Segura. En 2024, tendrá como fecha el 6. Esta iniciativa promueve el uso correcto de Internet, además de colocar en la palestra pública los riesgos en la seguridad no solo digital sino física y mental que su utilización excesiva genera en el cuerpo humano.
Hay profesiones con mayores riesgos laborales por su alta exposición a las tecnologías de acceso a Internet. Es el caso del periodismo en todas sus facetas. El uso constante del celular, la computadora, la tablet, entre otros dispositivos, ha generado una clasificación de adicciones: Nomofobia (ansiedad causada por no tener el celular o que este pueda quedarse sin batería) y ciberadicción (adicción a estar conectado a internet por medio de diversas pantallas), entre otras. Incluso en el ámbito médico se creó el campo de enfermedades tecnológicas cuyo espectro abarca tanto patologías físicas como mentales.
Entre las enfermedades tecnológicas se encuentran la tensión ocular y síndrome visual informático, el incremento de los problemas músculo-esqueléticos como la tendinitis, el síndrome túnel carpiano, Tex neck (tensión en los músculos del cuello, hombro y espalda por posiciones inadecuadas que puede provocar hernia discal, dolores de cabeza, contracturas, etc.), el codo de selfie que puede conllevar a sufrir picondilitis, pérdida de audición por escuchar música con volumen excesivo mediante audífonos, padecer sobrepeso u obesidad, el síndrome FOMO (miedo a ser incapaz de evolucionar al ritmo que lo hace la tecnología), phubbing (ignorar a las personas alrededor por estar concentrados en el contenido del celular), el trastorno de identidad disociativo (dificultad de distinguir entre la vida real y la vida virtual) asociado al uso obsesivo a los videojuegos.
A este panorama también hay que agregar la preocupación y, en algunos casos, angustia que padecen los reporteros por la amenaza de una disminución de los puestos laborales por causa de la Inteligencia Artificial o por la migración del periódico impreso al periódico digital, la pérdida de credibilidad de los medios de comunicación tras el surgimiento de las redes sociales y el impacto de la proliferación de las informaciones falsas.
En un entorno laboral cada vez más dependiente del acceso a internet, priorizar la salud física y mental debe convertirse en un hábito.
Una cifra alarmante
En la página oficial de la Unesco se encuentra el informe (2021-2022) sobre Las tendencias mundiales en libertad de expresión y desarrollo de los medios, en el cual se indica que en el 2020 “encargó una encuesta a periodistas sobre sus experiencias de violencia en Internet. El 73% de las 625 mujeres encuestadas afirmaron haber experimentado violencia en línea durante su trabajo”. También indica que el 20% del porcentaje antes señalado, fue víctima de la escalada del acoso en línea a la violencia física.
Los periodistas están expuestos a vivir situaciones traumáticas. El stress postraumático (EPT) en el ideario colectivo se le define como una patología de veteranos de guerra. Sin embargo, esta afección crónica puede ser detonada en la adultez o en la infancia por la violencia doméstica, el secuestro, la tortura, acoso escolar o laboral, accidentes, abuso sexual, violencia política, desastres naturales, entre otros.
La psicoterapeuta venezolana Carolina Sandoval explica que el EPT es una condición compleja “y más común de lo que creemos, afecta a millones de personas en el mundo, suele tener un impacto social e individual”. Algunos de sus síntomas son revivir constantemente la situación, tener pesadillas o problemas para dormir, sentirse mal cuando recuerda la situación, falta de emociones positivas, sentir miedo o tristeza en forma continua y de manera intensa. “Se producen cambios negativos en el pensamiento y en el estado de ánimo. La psicoterapia es el mejor enfoque de tratamiento tanto para adultos como para niños”.
Entre las profesiones con un alto índice de stress se encuentran los bomberos, los médicos de las salas de emergencias y los periodistas. Explica Sandoval que el estrés laboral no necesariamente se convierte en estrés postraumático, “a menos que hayan vivencias traumáticas como acoso o maltrato per sé”.
“Las situaciones llegan a convertirse en traumáticas cuando la respuesta que se recibe del exterior no satisface las necesidades internas de la persona y esta se siente indefensa. Hay quien expresa tener un sentido profundo de soledad, terror, abandono”.
Contar con el apoyo familiar y del entorno social es fundamental para superar el EPT, así como acudir a la psicoterapia para la intervención temprana del trauma. “Expresar lo ocurrido ante personas de confianza que sean empáticos y brinden contención y seguridad”, es una de las estrategias para superarlo mientras que para prevenir varios de los síntomas del EPT, “se debe abordar el tema de las fortalezas personales: la seguridad que los padres pueden transmitirles a sus hijos, tener algún tipo de red de apoyo a fin de canalizar las experiencias vividas, frenar los eventos estresores”, enfatiza.
Para superar conflictos o situaciones difíciles en el gremio periodístico, se está creando una red colaborativa mundial denominada Comunidad de Agentes de Bienestar, liderada por el equipo español de The Self Investigation.