Por Ernesto Acosta
En el libro “Las plazas de toros en la actualidad en el estado de Coahuila”, su autor Vicente Salas Estrada “Novillero”, narra la historia de 13 cosos taurinos construidos en distintas partes de la entidad y que permanecen erguidos.
El 25 de agosto se cumplieron ocho años de haberse publicado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado, las reformas a la Ley de Protección y Trato Digno de los Animales, que prohíben las corridas de toros en Coahuila, “tierra de toros y torero
“Se han perdido batallas legales que intentaron lograr que regresara la fiesta brava a la entidad, sin embargo, el espectáculo taurino se niega a morir, ya que contamos con toda una estructura para que regresen las corridas, debido a que en la entidad contamos con toreros, ganaderías de reses bravas, aficionados y, sobre todo, con plazas de toros”, afirma.
Hay 13 plazas, de las cuales solo 3 necesitan mantenimiento. Una de ellas es la ubicada al sur-oriente de esta capital, en las faldas de la Sierra Zapalinamé, en lo que ahora se conoce como fraccionamiento Sierra Azul, construida por el señor José Luis Salas Cárdenas, empresario, comerciante, socio de los Saraperos de Saltillo, y hermano del empresario taurino Vicente Salas, “Salitas”.
Su construcción inició en los 80, a un costado del camino de terracería que lleva del Libramiento Óscar Flores Tapia hacia la Sierra Zapalinamé. No se observa a simple vista debido a la vegetación, a que se localiza en una hondonada y asemeja un anfiteatro o coliseo romano. Su capacidad sería para 2 mil 500 aficionados taurinos, aproximadamente.
En la misma década terminó el proyecto con el ruedo, toriles, patio de cuadrillas, callejón y graderío, sin embargo, el propietario nunca decidió inaugurarla y jamás dio a conocer el motivo, refiere “Novillero”.
Incluso, en el libro aparece una fotografía publicada por VANGUARDIA el 11 de julio de 1985, durante un “recorrido de cortesía” realizado por el gobernador Eliseo Mendoza Berrueto y el alcalde Carlos de la Peña Ramos, junto al propietario, cuando la obra, a base de concreto armado, estaba a punto de concluir.
“La terminaron, pero por cuestiones desconocidas mi tío nunca la inauguró, está enclavada en la sierra, terminada, lo que vandalizaron fue la madera, las puertas y el anillo”, relata.
El Cortijo “Alberto Rodríguez”, de Lomas de Lourdes, también requiere inversión en mantenimiento para reabrir sus taquillas a la fiesta brava. Lo construyó el doctor Jesús María Rodríguez Rodríguez, propietario de la legendaria ganadería de reses bravas “Santa Elena”, que aún se encuentra asentada y pasta en el municipio de Saltillo.
Fue inaugurada el 16 de septiembre de 1976 con un aforo para 3 mil espectadores y la asistencia del maestro Fermín Espinosa “Armillita”, y de sus hijos Manolo, Fermín y Miguel.
La otra plaza que requiere rehabilitación es la de “San Javier”, a la entrada de Ciudad Acuña, construida a base de estructura metálica y con capacidad para 2 mil personas, instalada en los 90 y que permanece cerrada.
“Las siguientes 10 plazas están en completas condiciones para que pueda haber festejos taurinos, todas están funcionando y son parte fundamental de esos municipios porque dan rodeos, bailes, eventos públicos y privados. Hay plazas de toros que ni los taurinos sabíamos que existían, como la de Nadadores y la de Sacramento”, indica.
Salas Estrada destacó que las plazas de toros en los municipios de Candela, Sacramento, San Buenaventura, Nadadores y Cuatro Ciénegeas, tienen características que las hacen especiales.
Las plazas en México por lo general tienen tres puertas de acceso al ruedo: toriles, por donde sale el toro; cuadrillas, por donde parten plaza los toreros, y arrastre, por donde sacan a los toros, pero las plazas de Coahuila tienen otra puerta, que le llaman ‘de reinas’, que las hace únicas en el País, porque por esa puerta entra la reina para ser coronada de la feria, describe.
Otra característica muy importante de esas plazas que las hace únicas, es que la de Candela y la de Sacramento, están construidas adentro del espacio de la Presidencia Municipal, y en la de Nadadores, adentro de la plaza de toros está la Comandancia de la Policía Municipal, agrega Vicente Salas.
La plaza de toros más antigua que funciona en Coahuila, dice, es la ubicada en Cuatro Ciénegas, construida en 1932, es decir, es más antigua que la Plaza México y que la de Monterrey, mientras que la primera más moderna del País es el Coliseo Centenario de Torreón.
Esta última fue construida por el matador Arturo Gilio, la primera totalmente climatizada, techada, con bares en su interior, y que por ahora es utilizada como centro de espectáculos, a la espera de que vuelvan las corridas de todos.
En el libro “Las plazas de toros en la actualidad en el estado de Coahuila”, Salas Estrada demuestra que 11 plazas siguen abiertas para ofrecer conciertos, rodeos, funciones de lucha libre, eventos públicos y privados, y están listas para la presentación de eventos taurinos, como corridas de toros, novilladas y festivales taurinos.
Es una investigación documental, histórica, con metodología, para preservar las plazas que existen en Coahuila, considero que es el Estado con más plazas de toros en todo México, y en algún momento, llegó a haber hasta 20 plazas funcionando, porque desapareció la de Sabinas, Torreón, Castaños, Monclova y otra en Acuña.
Reportaje de Vanguardiamx