No hay actualmente opciones para sustituirlo por su alta relación costo beneficio
- México no puede perder el lugar que ha mantenido en las revoluciones verdes a nivel mundial: UMFFACC
El miedo injustificado al uso del glifosato que promueve su prohibición en la agricultura, causará daños a la alimentación y a la economía, porque se ha comprobado que sin su uso la maleza afecta significativamente los cultivos, además de ser una de las herramientas que son más baratas para los productores.
Así lo aseguró el Doctor en Bioquímica, José Miguel Mulet Salort, y profesor de biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia, España, durante un webinar, titulado “Desafíos en la agricultura: importancia del glifosato”. donde explicó que hasta el momento no se ha encontrado una opción que garantice la eficacia, eficiencia, costo y protección al medio ambiente que ofrece este agroquímico.
En el evento virtual que organizó la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos A.C. (UMFFAAC), que preside Luis Eduardo González Cepeda, el especialista refirió que el miedo a los químicos es irracional, porque a través de la historia estos componentes han generado una mayor esperanza de vida de los seres humanos, a través de una oferta de alimentos sanos e inocuos.
Lo anterior, dijo, ya sea previniendo o curando enfermedades y en el caso del glifosato combatiendo la maleza que afecta directamente a los cultivos donde se producen los alimentos.
Mencionó que actualmente este temor provocó en Europa y en México una situación de prohibicionismo que no tiene nada que ver con estudios científicos, sino con narrativas medioambientalistas que no están fundamentadas, por lo que en Europa recularon en sus acciones y actualmente está permitido a nivel continente.
Explicó que el glifosato, es el herbicida más usado en el mundo y no es peligroso, por lo que el ataque es producto de una narrativa inventada por grupos ambientalistas, quienes no pudieron sostener sus dichos sobre los transgénicos y cambiaron de blanco “es decir el Chernóbil transgénico que estaban esperando no llegó”.
Expresó que actualmente, el glifosato está considerado como probablemente cancerígeno por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), en la misma categoría donde está comer carne roja, trabajar como peluquero, en una cocina o de noche, “actividades que ningún ambientalista ha pedido que se prohíban”.
José Miguel Mulet, refirió que la utilización de este herbicida a nivel mundial “no es por gusto o vicio” sino porque es necesario para producir alimentos que son cada vez más necesarios para dar de comer a toda la población.
Por último, calificó como mito, la versión medioambientalista que ataca el uso del glifosato y que intenta prohibirlo, porque no tiene argumentos sólidos ni científicos que hayan probado ninguna afectación a la salud y resaltó que la mayor crisis alimentaria actual en Europa se debió a una intoxicación por consumo de productos orgánicos por ausencia de inocuidad y sanidad.
Por su parte el presidente de la UMFFAAC, señaló que México no puede perder el lugar que ha mantenido en las tres revoluciones verdes a nivel mundial: en la domesticación del maíz y frijol; la generación de una nueva variante de trigo en los años 60 y actualmente en la investigación de productos transgénicos.
Es momento, acotó, que las políticas públicas se aparten de las cuestiones ideológicas y se promueva la producción de alimentos dotando a los agricultores de las herramientas necesarias y que se elimine la incertidumbre generada por las decisiones de grupos radicales, concluyendo que hacen más daño los mitos, verdades a medias e ideologías carentes de base científica.