Por Guillermo Robles Ramírez
Estar convencidos de que unas simples bardas detendrán a las ratas, me refiero a las de dos patas, es simplemente una esperanza y medida bien intencionada, pero no solo inútiles, sino que son un total fracaso, porque se ha comprobado que con o sin bardas perimetrales, los fraccionamientos nuevos o viejas colonias, son visitadas por los ladrones.
Esto ocurre en las diversas ciudades de más población de Coahuila, en las que sus autoridades permiten este tipo de viviendas puedan construir estos perímetros en algunos sectores de zonas urbanas, apostándole y dando por hecho que, con cerrar sectores poblacionales con bardas bajas o altas, alejarán a los delincuentes.
De la creatividad e ingenio innato de los mexicanos, no están excluidos los maleantes a quienes cuya inteligencia les permite llegar a tal o cual propiedad para robar; incluyendo lo último que le llaman “coscorronazo” o “coscorrón” que no es ninguna otra cosa que con marro y pico en mano abrir un hueco o agujero en el techo del inmueble seleccionado para robar, sea comercio, vivienda particular, etc.
Otra de las supuestas modalidades, no tienen nada de nuevo es el llegar a una casa, pedir agua y mientras quien abre la puerta va por el vaso de agua y deja la puerta entreabierta, el o los ladrones aprovechan para hurtar.
Estos entre otros, fueron sistemas o formas de robar creadas y conocidas desde hace más de 50 años, al menos lo recuerdo cuando, mi padre me platicaba sus anécdotas periodísticas en diferentes etapas de su formación profesional, en las que siempre me decía que su primera fuente a cubrir había sido la policiaca, en el Siglo de Torreón, y así fueron sus primeros cuatro años para después asignarle las fuentes políticas.
El bardeado, encierro o como se le quiera llamar a los nuevos sistemas de tener “privacidad” o “protección” en infinidad de protección, ha dejado en claro y es un hecho que no detiene a los malos ciudadanos, llamados ahora en estos tiempos de esa forma rimbombante que no son otra cosa más que los amantes de lo ajeno.
Las propuestas que se han hecho en algunos fraccionamientos de Coahuila, es concretamente que cada quien contrate sistemas propios de seguridad, como alarmas electrónicas o pagar directamente a la policía para contar con un guardián de seguridad de verdad y capacitado para ello, han sido rechazados por los colonos.
El no querer gastar y buscar lo más económico para nosotros mismos, es lo que ha resaltado la identidad de nosotros los mexicanos y surgen frases comunes como “que el gobierno me dé seguridad, por ese pago mis impuestos”, aunque se trata de aportaciones no mayores entre 1,500 o 2,000 pesos al año, conforme a los valores catastrales de los inmuebles.
Con 150 o 170 de pesos mensuales queremos limpieza, alumbrado público, seguridad, drenaje y otros beneficios y cerramos los ojos para no ver la realidad de la vida.
En países como los Estados Unidos, donde sus habitantes los impuestos se pagan de verdad y, aparte, contratan por su cuenta, verdaderos sistemas de seguridad como alarmas para toda la vivienda.
Por esa razón, no es extraño que, entre muchas expresiones que llaman la atención cuando se visita el vecino país del Norte, se “oye, mira aquí con los gringos, no instalan rejas en sus ventanas y puertas principales”.
Eso no quiere decir que no tengan robos y que la inseguridad existe como en otros lugares, solo que nuestros primos, los güeros, le apuestan a invertir en su propia seguridad.
En México y específicamente en nuestro querido Coahuila, particulares y lo mismo que comerciantes de todo tipo, le apostamos a protegernos nosotros mismos y pretendemos y exigimos más de lo que damos.
Leo tantos latrocinios que se cometen y la respuesta de las autoridades de “ya merito contratamos más policías, porque los estamos capacitando”, cuando que la realidad es que sus presupuestos no les alcanza para tanto y más cuando se están atacando problemas que datan de hace 50 o más años que no teníamos ni policía y si muchos rateros.
Le apostamos a la mediocridad, somos mediocres y tenemos seguridad mediocre. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org