Por Guillermo Robles Ramírez
Todos hemos escuchado de la palabra magia. Posiblemente en nuestra infancia el concepto de magia solamente lo vimos alguna vez con los magos. Una personalidad que despierta y encierra misticismo, pero sin despertar nada de morbo, sino todo lo contrario, una fantasía que transporta a lo fantástico. Algo que finalmente termina fuera de la realidad para algo bueno.
No solamente lo hemos escuchado en cuentos de niños antes de dormir, sino también en filmes cinematográficas como “Harry Potter”, en ese maravilloso mundo en donde existe una tierra o una localidad en donde todo es posible. También lo hemos escuchado en la vida real.
Cuando se habla de pueblos mágicos, no se trata de lugares donde desaparecen cosas o bien aparecen de figuras místicas. Pero sí de algo que convierte esa comunidad en algo mágico, es decir, en un lugar especial.
Se les dice así, porque son localidades que tienen características con mucha simbología, quedaron marcados con hechos históricos importantes en el país, leyendas de las cuales han perdurado por cientos de generaciones.
Hay muchas cualidades por la que se consideran mágicos o de alguna manera forman parte de los valores nacionales y el preservarlo por medio de programas federales haciendo honor a los habitantes de ese poblado, pero sobre todo a los que ya no están presentes.
Dentro del listado corto de los considerados como pueblos mágicos; Coahuila tiene el honor de tener una de las cabeceras municipales conocido como “El Oasis de Coahuila”, por su gran importancia productora vinícola, nuez y melón.
También es conocido por sus conmemoraciones como el Festival del Dulce y de la Nuez, a principios de noviembre, existen otras donde participan matachines, pero sobre todo en esta temporada pasada de Semana Santa, en las que se representó El Viacrucis, siendo los momentos más difíciles de Jesús de Nazaret cuando fue aprehendido, hasta su muerte en la cruz y que su representación de ese poblado ha hecho que tenga muchos visitantes fuera de la localidad.
También lo hace mágico su fiesta de Santo Madero, la Fiesta de la Uva y Vino, organizadas por Casa Madero, su festejo de Santa María, por estos y otros atributos es por eso que Parras de la Fuente es considerado como Pueblo Mágico y patrimonio nacional siendo afortunados los coahuilenses para que los extranjeros volteen sus ojos hacia acá como un lugar turístico por sus tradiciones y raíces.
Esto ha permitido que los parrenses generen una economía a base de artesanías, festividades, gastronomía y no todo por la venta derivado de la producción de la uva.
Parras de la Fuente no es el único Pueblo Mágico, en la entidad ya que los coahuilenses debemos de sentirnos doblemente orgullosos de nuestra tierra porque tiene la distinción como Pueblo Mágico, el municipio de Cuatro Ciénegas conocido a nivel mundial por su excepcional ecosistema, hogar de animales y plantas.
El paraíso de los coahuilenses es reconocido oficialmente como Pueblo Mágico por sus pozas, la claridad de sus aguas y especies endémicas. Ahora no es solamente una zona protegida por el gobierno estatal sino también federal y reconocida ante la Comisión de Áreas Protegidas.
Coahuila tiene una tercera cabecera municipal como Pueblo Mágico y me refiero a Viesca; ya que tiene mucho de que presumir como una comunidad histórica en movimientos sociales que ha tenido México a través de su existencia.
Viesca fue escenario en el recorrido de Miguel Hidalgo, el Padre de la Patria, mientras era llevado preso a Ciudad Juárez, Chihuahua, existiendo todavía el árbol en donde fue atado para no escapar de sus captores precisamente en el patio donde se erige aún su Presidencia Municipal.
Viesca cuenta con atractivos turísticos poco conocidos y casi no visitados por los mismos coahuilenses como son las dunas de Bilbao, arenas que ante los ojos de sus visitantes van cambiando de sitio o rumbo, “movidas” por el ligero y delicado viento que motiva que los arenales se cambien de un lado a otro.
También fue en el pasado un productor mundial de sal de tal importancia que sigue conservándose los envases que vemos en los supermercados con el nombre de “Sal Hada”, llevando como distinción el dibujo de un hada volando. Viesca, Coahuila; tiene mucho de Pueblo Mágico, sin olvidar que sus manantiales ya desaparecidos fueron famosos no solo en México, sino también en el extranjero.
A servido de escenografía natural de infinidad de promociones publicitarias filmados por nacionales y extranjeros; fue también sets cinematográfico de películas mexicanas y estadounidenses con la presencia de artistas de corte mundial como Carlos Ray Norris, conocido como Chuck Norris, por mencionar algunos y la Villa de Bilbao tuvo la visita de famosos artistas del cine por las películas filmadas donde se “montó” un pueblo del viejo oeste hasta que las bravas corrientes de agua del río Aguanaval inundaron y arrasaron con sus construcciones de pueblo de “vaqueros”. Tampoco podemos olvidar aquella película clásica de los estadounidenses titulada “Dune”, filmada en 1984, creada en toda una ambientación de ciencia ficción.
Como verán Coahuila no solo es una tierra de oportunidades para los coahuilenses, sino también lo ha sido para muchos connacionales, y a nivel mundial que desde hace años han tenido sus ojos sobre nuestro terruño coahuilense. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org