Por: Guillermo Robles Ramírez
Lo mismo en Saltillo que en Torreón, Monclova, Piedras y otros municipios de Coahuila, sigue el mismo viejo vicio de la pinta de rayas amarillas en el pavimento a diestra y siniestra para marcar exclusivos para estacionamiento de vehículos, aunque lo curioso es que nadie paga por esa privacidad que marcan en la vía pública, es decir en las calles que es de uso de todos los habitantes.
Hay calles donde hasta el 80 por ciento del espacio está marcado como exclusivo, aunque nadie paga, ocurriendo lo mismo con particulares que con comerciantes, convirtiéndose las calles de las ciudades en tierra de nadie, pues se dispone de esos espacios sin preocupación de las autoridades que bien podrían tener ahí un buen ingreso económico.
Muchas promesas se han hecho por parte de las autoridades locales de las diferentes cabeceras municipales, en donde supuestamente se pondrá en orden de este desorden de los lugares “exclusivos”, que no se pagan, pero ante la apatía de los municipios la gente aprovecha imponiendo su propia voluntad.
Es muy fácil detectar cuando el coahuilense no está pagando por estos espacios, ya que dentro de estos cajones o espacios marcados de uso exclusivo tienen que ir acompañado de un número que indicaría precisamente el correspondiente a la autorización y que de esa manera se sabe quién paga y quien no y quienes abusan de la apatía e indiferencia de las autoridades que no les Importa ni les molesta que unos cuantos se vayan apropiando de las calles.
Los negocios de venta de automóviles usados o seminuevos son los peores, ya que no quieren que nadie se estacione a lo largo o frente a la vista de las unidades que se venden, porque se justifican que ahuyentan a los posibles compradores. Pero no solo eso porque cuidado con quién haga caso omiso de ello porque si algún conductor se estaciona frente a la vista del negocio, los mismos comerciantes poncha las llantas o lo que es peor rayan la pintura del carro que tapa la vista de los seminuevos.
Muchos ciudadanos han dado por hecho cuando entra algún programa municipal de recarpeteo, sería suficiente para marcar la pauta para corregir y enmendar esta anomalía, pero sobre todo abuso, pero no es así, pues los dueños de las calles antes de que las autoridades pinten la alineación de los carriles de las calles recién repavimentadas, esos señores marcan de inmediato sus rayas amarillas para volver a hacer sus cotos sin pago alguno.
Es una lástima que este tipo de abusos prospere sin que las autoridades tengan el menor interés de poner un hasta aquí, provocando esa indolencia que el problema crezca y ante la impotencia de erradicarlo, dejar pasar las cosas como ocurre con otras. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org