El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), puso en marcha sistemas termosolares para deshidratar alimentos y, de esta manera, reducir la pérdida y desperdicio y agregar valor a las cadenas agroalimentarias hortícolas en Zacatecas.
Esta acción se lleva a cabo a través del proyecto 319195 “Diseño, implementación y fortalecimiento de sistemas de energía solar para mitigar la pérdida de productos agrícolas y revalorizar cadenas hortícolas en Zacatecas”, parcialmente financiado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT), en colaboración con el INIFAP principalmente.
Participan también la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma Chapingo (UACh), Colegio de Postgraduados (Colpos), Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Universidad de Guadalajara (UDG), Secretaría del Campo del Gobierno de Zacatecas, Banco de Alimentos y Soluciones Integrales en Tecnologías Sustentables.
El especialista del Centro de Investigación Regional Norte Centro (CIRNOC) del INIFAP, Jorge Zegbe Domínguez, informó que con este proyecto se han implementado y consolidado tecnologías para captar energías limpias y con ello alargar la vida útil de alimentos con bajo valor comercial y/o en proceso de deterioro.
Esta acción permite acercar a los productores agropecuarios al uso de energías limpias para elaborar nuevos productos y promoverlos en nichos de mercados especializados y, por tanto, mejorar los ingresos económicos a los productores del campo de Zacatecas, acentuó.
Resaltó que este proyecto es encabezado por el INIFAP y la intención es realizarlo en tres etapas, con apoyo y seguimiento del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías incluido dentro de los diez Programas Nacionales Estratégicos (PRONACE) para el bienestar de México.
Señaló que la segunda etapa se encuentra en curso y considera el desarrollo de cadenas rentables y justas de comercialización para productos deshidratados en la región.
Mientras que en la tercera fase se diseñará un sistema de coordinación interinstitucional para facilitar la actuación conjunta entre comunidades, centros de investigación y gobiernos en torno al uso de la energía solar como parte del proceso de deshidratación de productos.
La construcción de mini plantas termosolares son una alternativa viable para alcanzar el objetivo planteado y replicarlo a nivel nacional, pues contribuyen a garantizar la distribución de diversos productos con los sectores sociales más desprotegidos, subrayó.
El investigador abundó que el sistema termosolar requiere la instalación de dispositivos fototérmicos, comúnmente denominados calentadores solares, para la generación de energía térmica que es empleada en los procesos productivos o industriales.
De manera particular, indicó, la deshidratación de alimentos es realizada a través del secado térmico con aire caliente.
La energía es captada mediante 40 y 48 paneles solares los cuales calientan el agua y aire, respectivamente. El agua caliente se almacena y es usado cuando es requerido para la deshidratación de los productos.
El aire caliente, que oscila entre 45 y 75 grados centígrados, circula con apoyo de un ventilador y es dirigido y regulado en la cámara de secado por un túnel, lo cual depende del producto y cantidad del producto a deshidratar (remoción de la humedad), apuntó.
Refirió que la planta cuenta con una sección de desinfección y pretratamiento del producto primario, un deshidratador tipo invernadero con una superficie de 72 metros cuadrados y deshidratadores rústicos y de uso doméstico de bajo costo que ya están en uso de productores.
El especialista del INIFAP refirió que esta tecnología contribuirá además a la soberanía alimentaria y al desarrollo territorial de Zacatecas, al identificar los productos con potencial de mercado y puedan ser elaborados por organizaciones de productores. Sin embargo, lo más importante, es que esta tecnología sea replicada por otros productores de la República mexicana, por los Bancos de Alimentos y por las Centrales de Abasto en la nación.
Datos del Grupo Técnico de Pérdidas y Merma de Alimentos de la Cruzada Nacional Contra el Hambre revelaron que en México se desperdician más de 10 mil toneladas de alimentos cada año y representan 37 por ciento de la producción agropecuaria, los cuales podrían ser aprovechados para alimentar a mexicanos en pobreza extrema.
Además, la pérdida de alimentos contribuye negativamente a la emisión de gases de efecto invernadero, CO2 principalmente al deterioro y desperdicios de recursos naturales como agua y suelo, principalmente.